Cuando se trata de perder peso, hay un viejo adagio que siempre es relevante: los abdominales se hacen en la cocina. Puedes hacer un plan de entrenamiento HIIT de cuatro semanas y correr mucho para intentar deshacerte de los kilos no deseados y perder peso rápidamente, pero si tu dieta está trabajando en tu contra, estarás luchando una batalla cuesta arriba.
Para empezar a ajustar tu dieta para ayudarte a perder peso, querrás buscar simples cambios de alimentos respaldados por el sentido común y una buena dieta. Y una de las mejores maneras de empezar es comiendo más proteínas.
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La proteína es bien conocida como uno de los bloques de construcción del músculo. Compuesta por aminoácidos que nos ayudan a aumentar la masa muscular, la proteína se encuentra habitualmente en los productos animales y lácteos, además de en las legumbres, los frutos secos y las semillas.
Es esencial construir un poco de músculo si se quiere perder peso, lo que puede parecer contradictorio ya que el músculo pesa más que la grasa. Sin embargo, un cuerpo con más músculo está más en forma, es más fuerte, es capaz de hacer ejercicio durante más tiempo y es más resistente a los estragos del tiempo.
A medida que se envejece, se pierde naturalmente la masa muscular, ya que ésta sufre un proceso llamado atrofia, que hace que se pierda, pero un estudio de la Universidad de Birmingham descubrió que la masa muscular no se atrofiaba en los adultos mayores que hacían ejercicio regularmente.
En lo que respecta a la pérdida de peso, las proteínas van un paso más allá: no sólo le hacen más saludable, sino que realmente suprimen su apetito. Un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition analizó el efecto de un desayuno rico en proteínas sobre la secreción de grelina (una sustancia química conocida como la «hormona del hambre») en el organismo. Se descubrió que una comida rica en proteínas suprime esta hormona mejor que un desayuno rico en carbohidratos.
Al cambiar algunos carbohidratos por fuentes adicionales de proteína, es probable que se busque mucho menos el bocadillo en las horas posteriores a la comida. Otro estudio, publicado esta vez en el Journal of the American College of Nutrition, descubrió que «hay pruebas convincentes de que una mayor ingesta de proteínas aumenta la termogénesis y la saciedad en comparación con las dietas de menor contenido proteico».
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La proteína te ayuda a construir músculo y reduce tu apetito simultáneamente, lo que la convierte en el ayudante esencial que necesitas para perder peso rápidamente.
Sin embargo, hay que tener cuidado con la procedencia de las proteínas, ya que un exceso de carne roja y procesada puede ser muy perjudicial. Se ha descubierto que las carnes rojas cocinadas a alta temperatura aumentan los niveles de AGC en la sangre, lo que puede provocar inflamación. El exceso de carne procesada, como hamburguesas y salchichas, también se ha relacionado con varios tipos de cáncer.
La carne roja tiene muchos beneficios, como proteínas de alta calidad, muchas grasas saludables y mucho hierro, pero dar prioridad a la carne blanca, como las aves de corral, el pescado y las opciones vegetarianas, es una estrategia saludable a largo plazo.
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