Hay pocas dietas que sean tan alabadas como la dieta mediterránea. Esta metodología de comer como si estuvieras en una isla griega incluye menos carnes procesadas, como el beicon y las hamburguesas, y carbohidratos simples y con almidón, como las patatas fritas. En su lugar, incluye más frutos secos, semillas, ensaladas de hoja verde, aceite de oliva y mucho pescado azul como elementos básicos de la dieta.
El aceite de oliva y el pescado azul (y por extensión, los mejores suplementos de aceite de pescado, junto con los mejores suplementos para las articulaciones) contienen omega-3, un tipo de ácido graso que es extremadamente beneficioso para el cuerpo humano. El omega-3 y su compañero el omega-6 contribuyen a disminuir los niveles de inflamación en el cuerpo.
La inflamación está asociada a toda una serie de enfermedades degenerativas como el cáncer, la hipertensión, la obesidad y las enfermedades cardíacas, y aunque a menudo está relacionada con la edad, también puede ser provocada por un estilo de vida poco saludable.
Siempre supimos que era bueno para nosotros, pero una nueva investigación ha revelado su alcance. Se ha descubierto que unos niveles altos de ácidos omega-3 en la sangre aumentan la esperanza de vida en unos cinco años, tanto como dejar de fumar.
El Dr. Aleix Sala-Vila, del Instituto de Investigación Médica del Hospital del Mar, dijo: «Ser fumador habitual resta 4,7 años a la esperanza de vida, los mismos que se ganan si se tienen niveles altos de ácidos omega-3 en la sangre».
«Refuerza la idea de que pequeños cambios en la dieta en la dirección correcta pueden tener un efecto mucho más poderoso de lo que pensamos, y nunca es demasiado tarde o demasiado pronto para hacer estos cambios».
Cómo empezar con la dieta mediterránea
La dieta mediterránea es rica en frutas, verduras, frutos secos, semillas, aceite de oliva, cereales integrales y pescado azul. Muchas ensaladas de hoja verde con tomates (ricos en vitamina C, que ayuda a proteger las células, así como en antioxidantes y flavonoides), aceitunas (que contienen vitamina E, que protege la salud de la piel, los ojos y el sistema inmunitario), judías, aguacates, cereales integrales como la cebada y la quinoa y, por supuesto, pescado azul como el salmón, la trucha y el pargo.
Renunciar a las carnes procesadas es la clave del éxito de esta dieta: las carnes rojas procesadas, como el bacon y el pollo frito, actúan como carcinógenos, relacionados con el aumento del riesgo de cáncer. A menudo se fríen en mantequilla o aceites vegetales, que son menos beneficiosos que el aceite de oliva.
Las carnes blancas y los cortes enteros de carne roja de buena calidad, como el filete, están bien, siempre que se cocinen de forma saludable, como a la parrilla. Para empezar, hemos clasificado una selección de las mejores parrillas saludables del mercado, que puedes encontrar en el enlace anterior.