El alcohol está en todas partes donde vamos y miramos. Ahora que por fin empiezan a remitir las restricciones por coronavirus, poniendo fin a una época en la que se bebía más que nunca en casa, la primera reacción de la gente es ir a un bar o pub para celebrar nuestro reencuentro.
El alcohol salpica todas las celebraciones y conmiseraciones, por lo que es importante que ahora que los bares y pubs vuelven a abrir sus puertas nos recordemos (y en algunos casos, descubramos) lo que constituye un consumo seguro.
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos recomienda limitar nuestra ingesta a dos bebidas o menos en un día para los hombres, o a una bebida o menos en un día para las mujeres. Cualquier bebedor le dirá que eso no es mucho.
Al otro lado del charco, el Reino Unido es más flexible con sus definiciones y recomienda a los adultos que beban hasta 14 «unidades» de alcohol a la semana, sin excederlas.
¿Qué es una unidad de alcohol?
La unidad de alcohol es una medida inventada en el Reino Unido para que los bebedores puedan controlar mejor la cantidad de alcohol que consumen. La medida al estilo americano de «un trago», por ejemplo, podría ser una cerveza ligera, o podría ser un martini seco, que son obviamente dos ejemplos con cantidades de alcohol muy diferentes.
El Servicio Nacional de Salud del Reino Unido define una unidad de alcohol como «10 ml u 8 g de alcohol puro, que es aproximadamente la cantidad de alcohol que un adulto medio puede procesar en una hora». Una pinta de cerveza de media graduación contiene unas 2,5 unidades de alcohol, mientras que una botella de vino contiene unas 10 unidades.
¿Cuánto se puede beber realmente?
Hay algunos estudios, y todos hemos visto los titulares, que afirman que un pequeño vaso de vino tinto o algo así es bueno para la salud del corazón. Sin embargo, un estudio publicado en la revista médica The Lancet analizó 195 países y territorios a lo largo de 26 años, y descubrió que el alcohol era el séptimo factor de riesgo de muerte y discapacidad. El estudio concluye que «ninguna cantidad» de alcohol es realmente segura.
El alcohol puede afectar a mucho más que al intestino y al hígado. Como diurético, el alcohol nos deshidrata, dañando nuestra piel y riñones, nos hace ganar peso y afecta a la química de nuestro cerebro a través de los receptores de dopamina, la parte de nuestro cerebro que produce la «sustancia química de la recompensa». El alcohol, al igual que el tabaco y la carne roja procesada, también es un carcinógeno, ya que se ha relacionado con varias formas de cáncer.
Abstenerse o reducir la ingesta de alcohol puede ser extremadamente beneficioso para la salud mental y física, junto con aprender a meditar o utilizar el mejor difusor de aceites esenciales.