Caminar para perder peso tiene un montón de beneficios para la salud mental y física: para empezar, te pones en forma, mejorando tu salud cardiovascular y respiratoria. Caminar intensamente puede ponerte en forma y preparar a tu cuerpo para afrontar la carrera y otros retos cardiovasculares, mientras que salir al aire libre en plan cerrado puede ser una bendición para tu salud mental.
Cuando se trata de su salud mental y física, el lugar por el que camina es casi tan importante como salir de casa en primer lugar. Una encuesta sobre las rutas de senderismo descargadas en el Reino Unido durante el bloqueo descubrió que dos tercios de los senderistas eligieron caminar cerca del agua.
Un 29 por ciento de los caminantes dio un paseo junto a ríos y cascadas, el 20 por ciento caminó alrededor o junto a lagos o estanques, y el 17 por ciento de todos los paseos fue junto al mar.
Caminar alrededor de masas de agua nos acerca a la naturaleza, lo que es esencial para nuestro bienestar. Un informe de Harvard Health analizó un estudio de 2019, en el que se descubrió que «los que hacían una caminata por la naturaleza tenían una menor actividad en la corteza prefrontal, una región del cerebro que está activa durante la rumiación -definida como pensamientos repetitivos que se centran en las emociones negativas-.»
Esta mejora del estado de ánimo puede ayudar a sus objetivos de pérdida de peso. Según el Journal of the American Medical Association, la depresión y el bajo estado de ánimo están fuertemente correlacionados con la obesidad.
Las visitas regulares a la naturaleza también pueden suprimir la hormona del estrés, conocida como cortisol. Desde hace tiempo se sabe que el aumento de la producción de cortisol, que se produce cuando estamos estresados, aumenta el almacenamiento de grasa en nuestro cuerpo, lo que nos hace ganar peso. Afortunadamente, un estudio ha descubierto que sólo 10 minutos en la naturaleza, tres veces por semana, ayudan a reducir el nivel de cortisol en nuestro cuerpo.
También se ha descubierto que el ejercicio vigoroso aumenta la producción de serotonina en el cerebro, que se conoce como la «hormona de la felicidad», y de dopamina, que es la misma sustancia química que se libera como recompensa cada vez que logramos un objetivo, comemos chocolate, tenemos relaciones sexuales o recibimos un mensaje en las redes sociales.
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Al hacer ejercicio con paseos por la naturaleza, disfrutamos más, lo que hace más probable que decidamos volver a hacer ejercicio. Si te cuesta quedarte en casa por culpa del COVID-19, coge un par de nuestros mejores zapatos para caminar y sal al aire libre.
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