La mayoría de nosotros se ha pasado el último año diciéndonos que tuviéramos miedo cuando nos reuniéramos en público y que tomáramos más precauciones debido a la amenaza de la pandemia de coronavirus. Las mascarillas se han convertido en algo habitual (y a menudo en un requisito legal) en espacios públicos cerrados, como tiendas, transportes públicos y lugares de trabajo. Durante la mayor parte del último año, el único lugar en el que nos sentimos seguros es en nuestros hogares, ya que muchos de nosotros pasamos más tiempo allí que nunca gracias a que las oficinas han adoptado un modelo más seguro de trabajo desde casa.
¿No es de extrañar que nos sintamos mucho más nerviosos al salir que antes? Ahora que las restricciones empiezan a remitir gracias a los programas de vacunación, experimentamos más ansiedad que nunca al salir de casa.
Después de un año de inculcarnos nuevos hábitos, es difícil darle al interruptor y volver a las andadas. Esta «ansiedad por la separación del hogar» se está convirtiendo en un problema reconocido, según un estudio de la marca británica de electrodomésticos Hotpoint.
La psicóloga del comportamiento Jo Hemmings comenta: «A diferencia del Trastorno de Ansiedad por Separación, en el que los adultos experimentan altos niveles de ansiedad cuando se alejan de sus seres queridos, la Ansiedad por Separación en el Hogar está relacionada con el nerviosismo que provoca el alejamiento de las comodidades del hogar. En otras palabras, estamos viendo un aumento del FOGO -miedo a salir- ahora que nos acercamos a la normalidad.»
El estudio realizado por Hotpoint reveló que más de dos tercios (67%) de los encuestados -adultos que han trabajado desde casa- se sienten ansiosos con sólo pensar en alejarse de las comodidades de su hogar una vez que la sociedad se reanude, y las mujeres se sienten más nerviosas que los hombres (71% frente al 60%).
Hemmings dice que durante el cierre, la gente «ha cultivado una sensación de «hogar» y ahora vamos a pasar menos tiempo en nuestras casas, estaremos «comprometiendo esa sensación de estar seguros y protegidos».
La ansiedad de cierre es una de las partes menos comentadas de la pandemia. La ansiedad se produce cuando la respuesta de «huida o lucha» de nuestro cuerpo se activa con demasiada frecuencia, lo que nos lleva a una sobreestimulación. Cuando nos hemos comportado de una manera que refuerza la idea de que las superficies compartidas y las reuniones públicas podrían ser muy peligrosas, es difícil decirle de repente a tu cerebro que todo está bien.
Existen algunos tratamientos para la ansiedad, aunque ninguno de ellos promete soluciones rápidas de la noche a la mañana. La práctica regular de la atención plena, como la meditación, puede ayudar, al igual que el uso de aromas calmantes como la lavanda a través de uno de nuestros mejores difusores de aceites esenciales. El CBD o aceite cannabinoide se ha mostrado prometedor como tratamiento de la ansiedad, aunque ningún estudio ha llegado a una conclusión firme en este sentido.
La terapia cognitivo-conductual, practicada por uno mismo o con un profesional, también ha resultado útil para enseñarse a pensar de formas nuevas que no desencadenen la respuesta hormonal de «lucha o huida» del cuerpo.