El ejercicio aeróbico, ya sea caminar, correr, montar en bicicleta o jugar al squash, es importante por muchas razones. Es beneficioso para la salud cardiovascular, ya que ayuda a evitar ataques al corazón y a prevenir el riesgo de una muerte prematura. Refuerza la capacidad pulmonar, ayuda a perder peso y ralentiza el proceso de envejecimiento del organismo.
Sin embargo, hay otro beneficio del ejercicio cardiovascular del que no se habla a menudo, y es su efecto sobre la aptitud mental y la memoria.
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Durante un estudio realizado en la Universidad de Columbia Británica y recogido en un post por la Universidad de Harvard, los investigadores descubrieron que el ejercicio aeróbico regular (nadar, montar en bicicleta, correr, bailar: todos esos ejercicios conocidos simplemente como «cardio») aumenta el tamaño del hipocampo del cerebro.
El hipocampo es el centro cerebral del aprendizaje y la memoria. Cuanto más grande sea, mayor será su capacidad para llevar a cabo estas tareas, ayudándole a recordar información y a memorizar cosas. Se ha descubierto que el ejercicio regular reduce la inflamación y estimula el crecimiento, al favorecer la liberación de unas sustancias químicas llamadas «factores de crecimiento» relacionadas con el tamaño del hipocampo.
Además, se ha demostrado que el ejercicio mejora el estado de ánimo y ayuda a dormir mejor. El sufrimiento en ambas categorías se ha asociado a un descenso de la función cognitiva, por lo que, al fomentar un sueño reparador y alejar la tristeza, el ejercicio contribuye a la capacidad del cerebro para aprender y recordar información.
Curiosamente, este beneficio sólo se aplica al ejercicio aeróbico: tras realizar un estudio más profundo, los investigadores no encontraron que se produjeran los mismos beneficios con el entrenamiento de resistencia o los ejercicios diseñados para tonificar los músculos.
Desgraciadamente, aquellos a los que no les gusta el cardio pero sí el desarrollo muscular no tienen suerte. No es necesario ser un corredor para obtener los beneficios, pero sí hay que encontrar alguna forma de cardio que se disfrute y que se pueda hacer de forma regular.
Correr y montar en bicicleta se utilizan a menudo como buenos ejemplos de cardio, especialmente durante el encierro porque son actividades individuales. Sin embargo, las clases de fitness y aeróbic como la zumba y el body pump, el entrenamiento HIIT, la danza, los deportes de equipo como el fútbol sala, el baloncesto, el boxeo y las artes marciales pueden aportar beneficios cardiovasculares. Encuentra una disciplina que aumente la parte de aprendizaje de tu cerebro y aprenderás rápidamente a amar tus sesiones diarias de cardio.
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