Sabemos que perder peso es beneficioso por muchas razones. Reduce el riesgo de muerte prematura por cualquier causa, mejora la salud del corazón, protege las articulaciones… y la lista continúa. Sin embargo, un beneficio inesperado que quizá no conozcas es el hecho de que perder peso también podría mejorar tu salud cerebral.
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Es cierto: científicos de la Universidad del Sur de Australia analizaron la obesidad y su efecto en la plasticidad del cerebro. Esto no significa la capacidad del cerebro para estirarse como la plastilina: más bien, la plasticidad cerebral se refiere a las capacidades de nuestro cerebro para adaptarse y cambiar como resultado de la experiencia. El cerebro crea nuevas vías neuronales a medida que se reconfigura.
Los científicos descubrieron una relación entre la obesidad y la reducción de la plasticidad cerebral, lo que podría afectar gravemente no sólo a nuestra capacidad de aprender y cambiar, sino limitar la recuperación del cerebro en caso de daños causados por problemas como los accidentes cerebrovasculares.
El Dr. Brenton Hordacre, investigador de la UniSA, dijo: «La obesidad ya se asocia a una serie de efectos adversos para la salud, como un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, trastornos metabólicos y demencia».
«Por primera vez, descubrimos que la obesidad estaba asociada a un deterioro de la función cerebral, lo que añade más apoyo a la necesidad de abordar la epidemia de obesidad».
Perder peso es muy importante para un envejecimiento cerebral saludable en las personas que padecen obesidad: nuestros cerebros pierden plasticidad de forma natural a medida que envejecemos, pero este ritmo de pérdida se incrementa si se tiene demasiado peso de más.
Hay muchas maneras de empezar a perder peso, incluso si tienes poco tiempo y recursos. Una forma muy sencilla es caminar para perder peso. Es fácil de incorporar a tu día: puedes dar una vuelta a la manzana por placer, o renunciar al autobús y caminar hasta tu destino.
Aunque a menudo se recomiendan formas de ejercicio más intensas para perder peso, caminar es una forma estupenda de empezar a incorporar el ejercicio a tu día. Con sólo 30 minutos de caminata se pueden quemar más de 100 calorías, además de obtener muchos beneficios cardíacos, de movilidad y circulatorios.
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También puedes empezar a ajustar tu dieta con sencillos cambios de alimentos: por ejemplo, cambiando tus cenas a base de carne roja por pollo o pescado. Un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition descubrió que el consumo de carne roja estaba relacionado con una tasa metabólica más baja en las mujeres adultas, lo que significaba que eran más propensas a sufrir un aumento de peso y enfermedades como la diabetes más adelante.
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