¿Por qué estamos estresados todo el tiempo? Tal vez sea porque, después de dieciocho meses, la pandemia mundial sigue en marcha. Quizá sea porque nos pasamos todo el tiempo mirando una pantalla, o sentados, o comiendo comida basura, o comparándonos con los demás en las redes sociales. Nuestros cerebros, que no han evolucionado mucho desde la época en que nos sentábamos con pieles de mamut, no fueron diseñados para nada de esto.
Tanto si buscas consejos sobre cómo meditar como si intentas averiguar si la aromaterapia es para ti (si crees que puede serlo, te recomendamos nuestra lista de los mejores difusores de aceites esenciales), siempre estamos intentando encontrar nuevas formas de desestresarnos y ayudarnos a sobrellevar la vida moderna. Los cambios, como la reciente agitación post-pandémica, son un momento más estresante que la mayoría.
Chloe Brotheridge, terapeuta, entrenadora y autora de calmer-you, dice: «Los recientes cambios en nuestro estilo de vida han hecho que tengamos que encontrar formas nuevas y creativas de mantener la calma. Puede que nos perdamos el viaje al trabajo, que nos da un poco de espacio para respirar, o para socializar, y para algunos, la meditación «estándar» o un baño simplemente no es práctico».
«La investigación muestra que muchos utilizan las actividades cotidianas como calmantes del estrés, lo que funciona especialmente cuando ponemos algo de intención en lo que hacemos».
Brotheridge pone el ejemplo de barrer el patio, con repetición e intención, como algo que utiliza para calmar su mente, pero algunas personas han estado recurriendo a otras actividades para alejar los sentimientos de ansiedad en tiempos turbulentos. Una investigación encargada por Fitbit estudió a 1.500 de sus usuarios en el Reino Unido para averiguar qué hacían exactamente para desestresarse, y hemos recopilado la ciencia que explica por qué funciona.
1. Tomar una taza de té
¿Hay algo más británico por excelencia? El 31% de los encuestados en el estudio preparan té para relajarse y desconectar. Ya sea una taza de té negro del desayuno inglés o de té verde con limón o jazmín, el té contiene muchas catequinas, que se han asociado a niveles más bajos de cortisol, la hormona de la lucha o la huida. Por otra parte, se ha comprobado que la cafeína del té ofrece una mejora temporal del estado de ánimo y la cognición.
Una investigación publicada en la revista Nutrients estudió a adultos coreanos y descubrió que «los participantes del estudio en el cuartil más alto de consumo de cafeína tenían un 24% menos de prevalencia de depresión que los del cuartil más bajo». El consumo frecuente de té verde, café o cafeína se asoció con una menor prevalencia de depresión vitalicia autodeclarada en adultos coreanos.»
El té puede ayudarnos a levantar el ánimo temporalmente, al tiempo que se correlaciona con la reducción de los riesgos de depresión y trastornos de ansiedad a largo plazo. Sólo hay que aguantar el azúcar.
2.
El 29% de los encuestados coincidieron en que lo más probable es que recurran a un amigo peludo para calmar los sentimientos de melancolía o ansiedad. Una investigación de la Clínica Cleveland descubrió que el simple hecho de acariciar a un animal puede reducir los niveles de cortisol y aumentar la serotonina. El cortisol también se asocia con la obesidad y la hipertensión gracias a su tendencia a hacer que el cuerpo almacene grasa en el abdomen.
Tener un perro o un gato cerca para abrazarlo puede reducir la presión arterial, haciendo que sea menos probable que sufra de hipertensión o prediabetes, además de aumentar su estado de ánimo al generar la misma hormona que podría generar una barra de chocolate o una buena carrera larga.
3. Escuchar la lluvia
Por último, el 28% de los encuestados en el estudio considera que escuchar el sonido de la lluvia es relajante. Esto no es ninguna sorpresa, tanto si te gusta estar dentro de casa en un día de lluvia como si activas los sonidos relajantes del océano en una aplicación como Calm para conciliar el sueño suavemente: los sonidos de la naturaleza nos tranquilizan, sobre todo si vivimos en ciudades ajetreadas.
Una investigación de la Universidad de Sussex descubrió que «los individuos que mostraban evidencias de mayor estrés antes de comenzar el experimento mostraron la mayor relajación corporal al escuchar sonidos naturales», descubriendo que los sonidos de la naturaleza ayudaban al cerebro a fijar su atención hacia fuera, en lugar de hacia dentro. Los sonidos artificiales animaban al cerebro a fijar su atención hacia dentro, aumentando la ansiedad.
Es hora de coger unos auriculares (te recomendamos algunos de nuestros auriculares con cancelación de ruido para entrenar) y desconectar.