Con 1,90 metros de altura y 550 libras, el peso de Christopher Stanley se estaba apoderando de su vida. El joven de 32 años de Kearny, Nueva Jersey, luchó contra la adicción a la comida desde una edad temprana, lo que le llevó a ser apodado «Jelly» en la escuela secundaria. Antes de su transformación, Christopher nunca había tenido un peso saludable en su vida.
Christopher dijo a Truly: «He sido médicamente obeso toda mi vida… Nunca fui un niño en forma». En su momento de mayor peso, Christopher pesaba 550 libras y apenas podía realizar las tareas cotidianas.
Dijo: «He roto una gran cantidad de sillas y sofás, y estaba sudado todo el tiempo, no podía moverme, me dolía, apenas podía caminar, era un desastre». Christopher también era adicto a las drogas recreativas, las tomaba a diario.
En 2011, Christopher decidió cambiar y empezó a ir al gimnasio, poniendo en práctica los mejores ejercicios para perder peso, pero no fue hasta que encontró un grupo de apoyo de 12 pasos el año pasado que ha podido afrontar su adicción a las drogas y sus problemas de alimentación. Dijo: «Fue como, boom, arreglado. En enero estaba en 375(lbs) y hoy estoy en 210(lbs)». En total, ha conseguido perder unas sorprendentes 340 libras.
Christopher dijo a Truly: «Mi apodo durante toda mi vida era ‘Jelly’. No me llamaban ‘Jelly’ por ninguna otra razón, sino por ser gordo, ¿no? No me avergüenzo de ello y ya no me presento como ‘Jelly’ porque me parece raro. El apodo era parte de una personalidad, de un tipo de persona que ya no soy».
Puede que haya aprendido a adelgazar la barriga, pero algo que no ha cambiado es el sentido del humor de Christopher, que es evidente cuando se describe a sí mismo ahora. Dice: «Utilizo la palabra ‘thinfluencer’ porque, es gracioso, creo que es divertido poner la palabra thin, como en ‘thinfluencer’, simplemente burlándose de los influencers».
Una de las cosas más importantes que nos llevamos del viaje de Christopher fue su nuevo enfoque de la comida. Se asoció con un amigo para crear un plan de alimentación, de modo que pudieran rendir cuentas mutuamente de sus dietas, y va a la cocina con un «plan de ataque», pesando y midiendo todo lo que come.
Aunque esto es comprensiblemente muy estricto, y ciertamente no es necesario para todos los que buscan mantener un peso saludable, el acto de planificar y registrar lo que se come ha demostrado ser muy eficiente cuando se trata de perder peso.
Un estudio publicado en el American Journal of Preventive Medicine descubrió que es bueno llevar un diario de alimentos en el que se puede registrar lo que se come, la ingesta diaria de macronutrientes (proteínas, carbohidratos y grasas) las calorías y otras métricas clave para la salud.
El estudio ha demostrado que llevar un diario de alimentos duplica efectivamente tu progreso en la pérdida de peso. Tome una hoja del libro de Christopher y mantener un seguimiento cuidadoso de lo que come para bajar libras.
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